Las persianas son uno de los elementos de los inmuebles más olvidados a la hora de la limpieza. Esto es todavía más acusado en lugares de trabajo como oficinas o tiendas, donde generalmente se tienen completamente levantadas hasta la hora del cierre.
Sin embargo, unas persianas sucias dan una mala imagen del comercio, y por ello hay que ser conscientes de que es un elemento que se debe limpiar a menudo y mantener en el mejor estado posible.
La limpieza de las persianas no es algo complejo y pesado, sino todo lo contrario: con muy pocos elementos y un poco de esfuerzo se las puede devolver a su estado original en pocos minutos.
¿Qué se necesita para hacer una limpieza de persianas efectiva? ¿Cómo limpiar las persianas para que queden como nuevas y se mantengan así durante mucho tiempo? Estos son los mejores trucos, consejos y hábitos para lograrlo:
Qué materiales necesitamos para limpiar las persianas
Para hacer una limpieza de persianas profunda, conviene comenzar retirando el tambor para llevar a cabo la tarea desde dentro del inmueble. Para ello serán necesarias algunas herramientas como destornilladores.
Una vez abierto el tambor, se accede a la persiana enrollada. Lo que hacen la mayoría de personas es ir limpiando lama por lama con ayuda de un líquido limpiador adecuado para el material de la persiana. Esta es la forma más minuciosa y efectiva para llevar a cabo la limpieza.
Optar por limpiadores jabonosos es una opción ideal, porque ayuda a desincrustar la suciedad más profunda. En casos en los que frotar no sea suficiente, siempre se puede aplicar una máquina generadora de vapor, que ayuda a despegar las manchas más incrustadas y a retirarlas con tan solo una pasada con un trapo húmedo después.
Una vez hecho esto, la mejor forma de terminar las tareas de limpieza es dejando la persiana echada completamente para que se seque al aire.
Trucos para limpiar persianas
Más allá de ello, hay algunos trucos para que la tarea de limpiar persianas se haga menos pesada.
Un ejemplo es aspirar las persianas con un aspirador potente antes de comenzar a limpiar con el trapo o la esponja. De este modo se retira el exceso de polvo y se generará menos barro al comenzar a trabajar directamente sobre las lamas.
Otro elemento que la mayoría de personas olvida es la cuerda o cinta que se utiliza para subir o bajar la persiana.
Además de ponerse negra por el uso, esta cinta puede acumular patógenos, hongos o bacterias. Por ello, es imprescindible limpiarla con productos fungicidas que aseguren su mejora estética y, sobre todo, que vuelva a ser segura para el uso por distintas personas, como ocurre normalmente en espacios de trabajo.
Todos estos trucos y consejos están orientados a limpiar las persianas y que luzcan como nuevas sin que el trabajo de limpieza sea demasiado tedioso o complicado. Siguiendo estas orientaciones y utilizando productos de primeras calidades se pueden obtener unas persianas brillantes, sin excesos de barro, manchas o suciedad y que alarguen su vida útil por mucho tiempo.
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