Las formas de climatizar grandes espacios van evolucionando y volviéndose cada vez más eficientes, ecológicas y responsables con el gasto económico que supone ponerlas en funcionamiento.
Una de las que más se está popularizando en este último tiempo es la calefacción por infrarrojos, un sistema que está ofreciendo muy buenos resultados tanto en exteriores como en espacios tipo oficinas o zonas industriales.
Qué es la calefacción por infrarrojos
Básicamente es un tipo distinto de sistema de calefacción. Son aparatos que emiten una luz que irradia calor gracias a las ondas infrarrojas.
Uno de los beneficios de la calefacción por infrarrojos está en la salud. Evidentemente, no hay que abusar de ellos, como no hay que hacerlo con ningún tipo de calefacción. Es importante no situarse demasiado cerca y por demasiado tiempo bajo este tipo de calefacción para que la piel no sufra demasiado.
Por lo demás, es un sistema ecológico, con un gasto energético muy ajustado y muy interesante para instalar tanto en centros de trabajo como en exteriores (es cada vez más habitual en terrazas de locales de hostelería) y en hogares.
Es importante también diferenciar entre sistemas de onda larga y sistemas de onda corta. Los primeros, los aparatos de rayos infrarrojos de onda larga, consumen mucha menos electricidad. Como punto negativo, la emisión de calor es paulatina y va produciéndose muy poco a poco.
La onda corta, por su parte, alcanza temperaturas más largas y además emiten luz. Son más habituales para zonas exteriores y están menos recomendados por los expertos sanitarios que los de onda larga.
Cómo se instala
Los radiadores infrarrojos son muy fáciles de instalar y no requieren de grandes obras o estructuras. La calefacción por infrarrojos se emite desde unos paneles que deben anclarse en paredes o techos.
Lo ideal es que se coloque en zonas altas, preferiblemente el techo, para que la eficiencia del aparato se multiplique. Por lo demás, solamente basta conectar el cable a la red eléctrica para empezar a recibir el calor de las ondas infrarrojas.
En la actualidad existen un montón de formas diferentes de realizar estas instalaciones, de modo que los radiadores infrarrojos se convierten en auténticos objetos decorativos. Esto es muy interesante en el caso de espacios como oficinas, donde tener el radiador en el techo y muy visible puede ser un problema a la hora de recibir clientes, etc.
Funcionamiento y características de la calefacción por infrarrojos
La calefacción por infrarrojos utiliza un medio de transmisión distinta al resto de sistemas de calefacción utilizados.
La mayoría de ellos calientan los espacios gracias a la transmisión de calorías por el aire. Los infrarrojos, por su parte, lo que hacen es traspasar el calor gracias a ondas infrarrojas que lanza a suelo, techo y paredes. Estos, a su vez, actúan como ‘zona de rebote’ que vuelven a despedir ese calor.
Así, la calefacción por infrarrojos es mucho más eficiente y se puede utilizar en lugares poco aislados o abiertos al aire libre, puesto que el aire no es el transmisor. La calefacción por infrarrojos se convierte en una de las mejores opciones del presente para lograr la temperatura de confort.