Aunque es una de las opciones de climatización más extendidas a lo largo y ancho del planeta, el aire acondicionado tiene tantos adeptos como detractores. Se trata de una de las fórmulas más eficaces para enfriar espacios, pero por sus mecanismos de funcionamiento, el dolor de garganta y aire acondicionado suelen estar asociados.
Mucha gente dice “se me seca la garganta” al estar un tiempo considerable bajo el aire acondicionado.
¿Qué ocurre con esto? Quizás esos malos efectos del aire acondicionado en la garganta hacen que sea necesario pensar en otras fórmulas de climatización para espacios de trabajo como oficinas, donde los trabajadores pasan varias horas al día expuestos al aire acondicionado.
¿Pero por qué se produce el dolor de garganta con el aire acondicionado? ¿Pasa con todos los aparatos? ¿Cómo se puede evitar?
Por qué el aire acondicionado puede provocar dolor de garganta
Durante el trabajo del aire acondicionado se lleva a cabo un proceso de condensación de la humedad del ambiente. ¿Qué quiere decir esto? El aire acondicionado hace pasar el aire de la estancia por la batería que lo enfría y esto hace que la humedad se vaya congelando y salga por el propio desagüe del aparato.
Evidentemente, esto va reduciendo poco a poco el nivel de humedad del aire de la oficina, espacio comercial o industria.
Esta función del aire acondicionado afecta a la garganta, así como a otras cosas como las mucosas nasales o los ojos.
Estar por debajo del nivel mínimo de humedad es bastante perjudicial para las personas, que pueden sentir cómo se reduce su nivel de confort si están expuestas durante varias horas al aparato de aire acondicionado en funcionamiento.
Esto hace que la frase ‘se me seca la garganta‘ o las quejas de dolor de garganta por el aire acondicionado sean continuas en los espacios de trabajo.
Cómo podemos evitar el dolor de garganta
Hay varios métodos que se pueden utilizar para que el aire acondicionado no afecte a la garganta. Algunas son de sentido común y otras incluyen el uso de aparatos o sistemas que complementen al aire acondicionado.
Lo primero y principal es no abusar del frío: basta con poner el aire acondicionado a una temperatura de 23 o 24 grados para que la climatización de la estancia sea óptima. Así también se limita la reducción de la humedad en el ambiente.
Más allá de ello, todas las personas pueden protegerse poniéndose alguna prenda que les cubra la garganta: un pañuelo de seda bastará para reducir ese efecto de ‘se me seca la garganta’ tan molesto.
En última instancia, y si la situación es compleja porque hay que mantener el aire más frío o durante más tiempo de la cuenta, siempre se puede incluir el uso de un humidificador, que contrarresta la reducción de humedad creando pequeñas vaporizaciones de agua.
Todos estos consejos pueden aliviar los efectos negativos del aire acondicionado en la garganta. Es conveniente tenerlos en cuenta para no sufrir daños que puedan convertirse en dolencias molestas para el día a día.