Las empresas tienen claro que una de las claves de su éxito es que sus locales comerciales, oficinas o espacios industriales se mantengan a una temperatura de confort ideal tanto para los trabajadores como para los clientes.
Esto se traduce en que las compañías invierten en eficaces sistemas de climatización para lograr esa temperatura perfecta de manera rápida y sin elevar su gasto económico ni hacer un excesivo gasto energético.
En ese sentido, en los aparatos generadores de calor se dan dos procesos de producción de la energía: calor sensible y calor latente. Son dos tipos de calor que se trabajan gracias a distintos sistemas de climatización. Conocer las diferencias entre calor sensible y latente es necesario a la hora de decidir por las máquinas de climatización más adecuadas para cada situación.
Saber cuándo se produce calor sensible o calor latente ayuda a controlar mejor el funcionamiento de los aparatos, así como el gasto energético que producen.
Diferencia entre calor sensible y latente
En pocas palabras, la principal diferencia entre el calor latente y el calor sensible está en la forma en que se produce la elevación de la temperatura. Comprender esta sutil diferencia es sencilla.
Qué es el calor latente
Los expertos en climatización definen el calor latente como ese calor que produce una materia cuando cambia de estado (de sólido a líquido, de líquido a gaseoso, etc.). En este proceso, el cambio se produce sin que la temperatura cambie.
Un ejemplo de este tipo de calor es el que ocurre en un cazo de agua hirviendo cuando empieza a evaporarse. Al llegar a los 100 °C, el agua pasa de un estado a otro sin que por ello se eleven los grados en el segundo estado respecto al primero.
Aplicando esto a los sistemas de aire acondicionado, las unidades de calor latente aumentan la humedad del ambiente sin que haya un cambio de temperatura significativo.
Qué es el calor sensible
El calor sensible, por otro lado, sí que es un cambio de temperatura tal cual imagina cualquier persona. Un vaso de agua en el microondas pasará de los 10 grados a los 30 de manera paulatina y continuada.
En un sistema de climatización con aire acondicionado el calor sensible funciona así: cuando se elevan los grados, el aparato tendrá que vencer la temperatura del aire con el esfuerzo de su maquinaria.
Qué es el calor específico
En relación directa con el calor latente y el calor sensible está el calor específico. ¿Qué es? El calor específico hace referencia a la cantidad de calor que hay que suministrar a un objeto o espacio para elevar su temperatura un grado.
Es fácil comprenderlo con un ejemplo: para elevar un grado de temperatura un litro de agua se necesitan mil calorías. Estas mil calorías son el calor específico necesario para ese trabajo.
Todos estos detalles sobre el calor sensible y latente ayudan a la hora de elegir una máquina de aire acondicionado, puesto que dependiendo del espacio a climatizar será necesario adquirir una máquina con mayor o menor potencia. Ante cualquier duda, siempre se puede contactar con un profesional especializado en la venta e instalación de estos aparatos, que fácilmente asesorará al cliente sobre sus mejores opciones.
