Vivimos en una sociedad cada vez más concienciada con el medio ambiente y el gasto energético. La población actual se ha dado cuenta de que tan importante como disfrutar y aprovechar los recursos del planeta es hacerlo de un modo responsable, ecológico y sostenible.
En este escenario surge, hace ya algunos años, el concepto de eficiencia energética. Es algo que está estrechamente relacionado con el gasto eléctrico que se hace en los hogares, pero muy especialmente con el que se lleva a cabo en empresas, espacios de oficinas o centros comerciales.
Qué es la eficiencia energética
La eficiencia energética hace referencia a un gasto responsable y controlado de la energía. Si con la Revolución industrial comenzó un emocionante periodo de evolución y producción en serie, en esta nueva era toca reformular la situación para que el gasto que se hace en las empresas y los comercios sea controlado y eficaz.
¿Qué quiere decir esto? Que existe una concienciación general por desperdiciar cada vez menos energía y recursos naturales gracias a una doble vertiente: la creación de aparatos cada vez más eficientes y un uso controlado y responsable de los mismos.
De hecho, los aparatos que se fabrican hoy en día (electrodomésticos, maquinaria de limpieza industrial, etc.) están acompañados de un certificado energético que indica cuál es su nivel de ahorro respecto a otros modelos. Apostar por aparatos con una certificación energética muy alta es hacerlo por maquinaria útil, responsable, duradera y que cuida el medio ambiente con cada uso.
Otra de las cosas positivas de la maquinaria con certificado de eficiencia energética es que se produce un considerable ahorro de electricidad, lo que ayuda a mejorar las cuentas de gastos de las empresas, que ven reducida su factura de la luz.
Cómo influye a la climatización
Los aparatos de climatización son unos de los grandes sectores donde la eficiencia energética más ha trabajado en estos primeros años del siglo XXI. Y es que la mayoría de gente no ha aprendido a utilizar bien los aparatos de aire acondicionado o la calefacción, lo que se traduce en un gasto poco responsable y caro.
Poner la calefacción o el aire acondicionado a la temperatura más alta o baja posible no solo es negativo para la salud, para la vida útil del aparato y para la factura de la luz, sino que aumenta notablemente las emisiones de CO₂ que se están mandando a la atmósfera.
Es por ello por lo que los fabricantes de este tipo de productos se esfuerzan por lanzar al mercado modelos ECO, que hacen un gasto responsable y utilizan las características del entorno para reducir la inversión energética que deben hacer para funcionar.
A esto se ha de sumar la responsabilidad personal de cada individuo, que debe entender que subir o bajar un grado más de los recomendados para el perfecto funcionamiento de estos aparatos no tiene grandes efectos desde el punto de vista práctico, pero sí supone un 7 % más de gasto energético.
Solo desde la responsabilidad personal y con la ayuda de aparatos con certificación energética se podrá lograr una temperatura de confort sin dañar gravemente el entorno.
