In Climatización

Desafortunadamente, aún existen hogares que no pueden permitirse unos servicios de energía mínimos para satisfacer las necesidades domésticas. En este escenario surge el término pobreza energética en alusión a dicha vulnerabilidad.

Realmente, la energía se caracteriza por ser un bien básico y este tipo de pobreza afecta a una parte de la población que carece de recursos económicos. Aunque, en un principio este concepto se creó para definir la incapacidad para hacer frente al nivel térmico adecuado, actualmente, se extiende a otros servicios como la iluminación, aire acondicionado o agua caliente sanitaria, entre otros.

Qué es la pobreza energética

¿Qué es la pobreza energética? En líneas resumidas, se puede decir que es cuando un hogar es incapaz de pagar por el suministro de energía para poder hacer frente a sus necesidades domésticas o cuando tiene que destinar una parte excesiva de sus ingresos para pagar la factura.

Los requisitos de pobreza energética para beneficiarse de un bono social establece tres perfiles de personas:

  • Persona vulnerable. Persona física con un contrato de suministro para su vivienda con una potencia igual o inferior a 10 kW.
  • Persona vulnerable severa. En este sentido, se contemplan ingresos sobre el 50 % de la cuantía establecida para personas vulnerables por renta.
  • Persona en riesgo de exclusión social. Los servicios sociales autonómicos o locales deben financiar al menos el 50 % de la factura eléctrica.

Posibles causas de pobreza energética

La pobreza energética en España es una realidad. Asimismo, cabe destacar que afecta a todos los Estados miembros de la Unión Europea, aunque con diferencias entre los mismos. No obstante, el último estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) arroja que la pobreza energética afectó a casi el 40 % de la población española. Las principales causas se clasifican de la siguiente forma:

  • Ingresos bajos.
  • Reducida eficiencia energética de las viviendas.
  • Incremento del precio de la energía.

La Unión Europea está buscando las medidas oportunas para fomentar políticas que tengan en cuenta esta realidad y protejan a los consumidores más vulnerables. 

Consejos para reducir el consumo energético

El aumento constante de las tarifas de electricidad y gas natural dan lugar a plantearnos reducir el consumo energético, y por ende, ahorrarnos dinero en las facturas. Existen varias propuestas para consumir menos energía.

  • Revisar las facturas y la tarifa contratada, así como hacer una comparativa con otras compañías.
  • Disponer de un buen aislamiento térmico para aumentar la eficiencia energética y ahorrar hasta un 40 % en tus facturas.
  • Usar focos de bajo consumo.
  • Usar luz natural siempre que se pueda.
  • Desconectar los aparatos eléctricos que no se utilizan.
  • Graduar el termostato de la calefacción a una temperatura media de 20 °C.
  • Hacer el uso de la lavadora con carga completa.
  • Sustituir las estufas eléctricas por las de gas.
  • Cambiar los aparatos viejos por nuevos porque consumen menos energía.

 

En definitiva, la pobreza energética es la incapacidad que tiene un hogar para satisfacer una cantidad mínima de la energía para cubrir sus necesidades básicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que mantener el entorno en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (18 °C a 21 °C en invierno y 25 °C en verano).

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