In Climatización

Que en la oficina o el local donde cada día se acude a trabajar haya una temperatura real de 24 grados no significa que la plantilla sienta exactamente esa temperatura en su cuerpo. A esto se le llama sensación térmica y es uno de los factores que más afecta a la hora de lograr una temperatura de confort.

Qué es la sensación térmica y cuáles son los factores que la alteran

Factores como el viento, la humedad o la sequedad del ambiente afectan a la sensación que el cuerpo tiene sobre la temperatura exterior. Temperatura y humedad van totalmente unidas y es por ello por lo que en centros de trabajo es tan importante controlar la humedad relativa del ambiente como el total de grados de la sala.

Y es que, una misma temperatura puede variar hasta un total de 20 grados dependiendo de la humedad del ambiente. Por eso, por ejemplo, el calor afecta mucho más en climas tropicales que en una zona del norte de África.

Todos estos cambios tienen que ver con la sensación térmica de la humedad. A mayor porcentaje de humedad, más alta es la sensación térmica y más agobiante se convierte el ambiente.

Esto también ocurre de manera muy habitual en espacios de trabajo. En lugares donde hay maquinaria y se trabaja con productos húmedos, como ocurre en la industria alimentaria, muchas veces la sensación de agobio es muy superior a los grados reales de la estancia. De hecho, esos mismos grados en un ambiente seco serían bastante soportables.

Cómo mejorar la sensación térmica

Está claro que humedad y temperatura son la clave para lograr el mayor confort en una estancia. Por ello, es importante que además de tener potentes y eficientes aparatos de climatización, se cuente con los recursos necesarios para controlar la humedad del aire de la estancia.

Los expertos en climatización indican que el porcentaje de humedad más eficiente en cualquier tipo de ambiente debe situarse entre el 50 y el 60 %.

¿Qué ocurre si la humedad es mayor? Que la sensación térmica aumenta. ¿Y cómo evitarlo? Con la ayuda de un deshumidificador. Estos aparatos lo que hacen es recoger la humedad del ambiente y condensarla para que, convertida en agua, quede almacenada en un depósito.

En otras palabras, el deshumidificador seca el ambiente para que la sensación térmica creada por humedad y temperatura no sea tan agobiante.

¿Y si se da el caso contrario? Si la zona de trabajo es demasiado seca y la humedad relativa no alcanza el 50 o 60 %, entonces habrá que hacer esfuerzos por mejorar esa situación. En este caso toca elevar la humedad ambiental con un humidificador.

El humidificador realiza justo el trabajo contrario: genera nubes de vapor de agua que se mezclan con el ambiente. Así se mejora la humedad y la sensación térmica se lleva a los estándares más confortables.

 

La sensación térmica es, al fin y al cabo, lo que indica si se está a gusto en una estancia. Esto es especialmente importante en espacios de trabajo, donde encontrarse bien y respirar un aire limpio y no viciado es indispensable para mejorar el rendimiento de los empleados.

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